El filme protagonizado por Roque Valero cuenta un trozo de la historia del Padre de la patria que va desde mayo de 1815 hasta el mismo mes del año siguiente, uno de los períodos más adversos en la vida del prócer
El próximo viernes llegará a las salas comerciales la esperada película sobre el Libertador, Bolívar: El hombre de las dificultades, realizada con un guión escrito por los hermanos José Antonio y José Luis Varela y dirigida por el realizador e historiador, Luis Alberto Lamata, quien aportó la idea generadora y participó en el texto.
El filme, protagonizado por Roque Valero en el rol del padre de la Patria, será estrenado en un total de 45 salas de todo el país, un tiraje muy alto, si se toma en cuenta que en el esquema nacional, las películas llegan a sala con aproximadamente 15 copias en promedio.
A parte de Valero, el elenco está conformado por Alberto Alifa en el papel de Paéz; Juvel Vielma como Santiago Mariño; Rafael Gil, quien encarna a Brión; Gilbert Laumord como Alexandre Pétion; Beatriz Valdez como María Antonia Bolívar y Palacios; Jorge Reyes en el rol de El Polaco; Paula Woyzechowsky como Madame Julienne; Camila Arteche como Jeanne Bourvil y Samantha Danigno que le da vida a Pepita Machado, la aguerrida amante del Libertador, entre muchos otros.
Bolívar: El hombre de las dificultades no cuenta toda la vida del prócer, por el contrario, se concentra en un período muy particular que, en opinión del realizador, las venezolanas y los venezolanos conocemos poco. En concreto, especialmente al principio, la obra dibuja al Simón Bolívar derrotado y desterrado, aún cuando ya ostenta su más preciado título: el de Libertador.
La historia se desarrolla en una época posterior a la Campaña Admirable (1813), caracterizada entre otras cosas por una reacción imperial generada a partir de la victoria de José Tomás Boves, quien provocó la caída definitiva de la Segunda República.
La cinta cuenta específicamente el período que comienza en mayo de 1815 y finaliza en el mismo mes del año siguiente. En ese tiempo, según se desprende de testimonios escritos, Bolívar pensó incluso en la trágica salida de acabar con su vida, lo que le permitió la licencia al realizador de incluir una escena de nuestro Libertador levantando un arma hasta su cabeza. Con todo en contra, a comienzos de la cinta parece que el Padre de la patria no tiene la más mínima posibilidad de salir adelante.
Sin embargo, ante esas adversidades que lo llevan “de Libertador a mendigo, que no representa ningún peligro para la Corona Española”, como lo dice en la película Pablo Morillo, interpretado por Miguel Ferrari, Bolívar “tiene fuerza de voluntad como para darle vuelta a su destino personal y al de todo un continente”, contó Luis Alberto Lamata en la presentación de su largometraje ante la prensa.
Al contrario de lo que usualmente se espera en este tipo de historias sobre el Libertador, Bolívar no aparece montado a caballo ni en un campo de guerra. De hecho, el lapso capturado en el filme, ni siquiera ocurre en Venezuela.
Los hechos que inspiraron la obra cinematográfica comenzaron en Jamaica, donde acudió Bolívar en busca del apoyo de la Corona Inglesa, que en ese entonces se alió con España para luchar en contra de Napoleón.
Al no conseguir apoyo de los ingleses, el Libertador acude a Haití, primer país del continente en conseguir su Independencia, estrategia que en un principio no es bien vista por los seguidores de Bolívar, entonces partidarios de la esclavitud.
Lo que sí refleja la obra de Lamata es la solidaridad de los líderes haitianos con las causas independentistas latinoamericanas. Y en lugar de las esperadas luchas a caballo, la cinta recrea una batalla naval en la que participa nada más y nada menos que nuestro Buque Escuela Simón Bolívar, cortesía de la Armada venezolana, paradójicamente en el papel de El Intrépido, una embarcación española que busca detener el regreso de Bolívar a tierras venezolanas.
Para el guionista y presidente de la Villa del Cine, José Antonio Varela, la obra es una suerte de agradecimiento tardío al apoyo que prestó Haití en la emancipación de Venezuela.
En este orden de ideas adelantó que tienen previsto “un gran estreno” de la película en Haití y en Jamaica, así como en Cuba, donde se rodó la mayor parte del largometraje.
COMPLEJA PRODUCCIÓN
En el encuentro con los medios de comunicación social, Varela recalcó que la obra producida por la Villa del Cine, ente adscrita a la cartera de Cultura, se hizo en colaboración con el Instituto Cubano de Artes e industria Cinematográfica (Icaic) y TVE de España, gracias a la iniciativa de un grupo de productores latinoamericanos que tuvieron la idea de hacer una serie de películas sobre los próceres que hicieron posible los procesos de Independencia de nuestro continente.
Según Luis Alberto Lamata, al ser una película de época, con un buen porcentaje de escenas en exteriores y en la que se recrea una batalla naval, la producción fue “especialmente compleja”, sin embargo, se hizo en exactamente ocho semanas. “Se planificó así y así se hizo, eso no es lo usual para una película, fue una producción muy eficiente gracias a esta maga que es Delfina Catalá (productora) y a un equipo internacional muy bien preparado”, alabó el historiador.
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