“No voy a regalar más el petróleo de Venezuela y voy a sacar a los militares cubanos que hay en las Fuerzas Militares (…) ¿Cómo voy yo a regalar el petróleo a Cuba? Yo se los puedo vender y darle facilidades de pago, pero no más”, dijo el candidato antichavista
El candidato antichavista, Henrique Capriles Radonski, quien en reiteradas oportunidades en Venezuela ha dicho que mantendrá los programas sociales impulsados por el líder revolucionario Hugo Chávez, dijo el pasado 6 de abril en una entrevista a la revista Semana de Colombia, que las misiones son “subsidios” con los que se “chantajeó a los pobres”.
Luego de cuestionar las relaciones de integración de Venezuela con los países de la región, Capriles aseguró que es un seguidor del modelo brasileño porque “es una demostración de que en América Latina se puede salir de la pobreza”. Ante esta respuesta, la periodista María Jimena Duzán acotó: “Usted me perdonará, pero me parece estar oyendo al Chávez de hace unos años haciendo campaña”.
El candidato respondió: “Sí, es cierto (…) pero él no sacó al país de la pobreza sino que chantajeó a los pobres con subsidios”.
Por otra parte, el candidato hizo referencia a las relaciones con Cuba, país con el que Venezuela mantiene convenios en materia de salud para impulsar misiones como Barrio Adentro: “No voy a regalar más el petróleo de Venezuela y voy a sacar a los militares cubanos que hay en las Fuerzas Militares (…) ¿Cómo voy yo a regalar el petróleo a Cuba? Yo se los puedo vender y darle facilidades de pago, pero no más”, dijo.
CHÁVEZ, SANTOS Y LA PAZ
Entre los temas tratados en la entrevista, la periodista colombiana interrogó al candidato antichavista sobre el proceso de paz que se adelanta en La Habana, “el cual contó con el apoyo de Chávez”, enfatizó la comunicadora.
Capriles respondió que no hará nada sin el consentimiento del gobierno de Colombia y completó su respuesta asegurando que “durante muchos años el gobierno venezolano sin consultar al colombiano mantuvo de manera unilateral una relación cómplice con las Farc”.
Inmediatamente Duzán le preguntó si él estaría dispuesto a dialogar con las Farc, como lo hizo Chávez: “¡Pero claro que estoy dispuesto!”, dijo. Sin embargo, más tarde, la entrevistadora le consultó a Capriles si había abordado el tema de la paz en Colombia con Santos cuando sostuvo un encuentro con él, a lo que contestó: “ni le pregunté, ni yo quise saber”.
Incluso, Capriles se mostró indiferente con el tema de las relaciones entre Caracas y Bogotá porque, a su juicio, “ese no es un tema que interese especialmente a los venezolanos”.
Capriles continuó su “análisis” acerca del proceso de paz retomando la palabra “chantaje” para referirse a la participación del gobierno venezolano en los diálogos, y calificó la relación de Caracas con el resto de los países de la región como una simple “compra de lealtades”.
“Si yo soy presidente de Venezuela se acaba el chantaje y a las Farc se les acaba el padrino y en esas circunstancias a esa guerrilla no le va a quedar otra que acordar la paz. Su capacidad de maniobra se reduciría porque el presidente colombiano tendría la certeza de que cuenta con un gobierno que no le va a dar campo a los irregulares. Es más, creo que todos los demócratas de América Latina saben que lo que más les conviene es que yo gane estas elecciones porque va a empezar un proceso de relaciones distinto con América Latina, que ya no va a ser sobre la base de la compra de lealtades”.
Duzán también le preguntó al candidato su opinión sobre el hecho de que “Santos y Chávez se hayan convertido en mejores amigos”, a lo que Capriles respondió: “por más de que nos quieran convencer de que entre los dos se firmó la paz, yo creo que las relaciones están bastante frías”.
“Permítame contradecirlo -ripostó Duzán- sé de buena fuente que el gobierno Santos está muy agradecido con el chavismo por la ayuda que ha prestado en el proceso de paz en La Habana. Al punto de que Santos vino a su sepelio y le rindió homenaje.”
El candidato de la derecha respondió que el intercambio económico es un ejemplo de su opinión pues, según él, “¡nunca se reactivó! Colombia produce alimentos que hubiéramos podido comprarle”.
Los datos preliminares publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) de la nación neogranadina, revelan que durante 2012 el intercambio comercial entre Venezuela y Colombia se ubicó en 3.289,3 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de 40,4% en comparación con los 2.342,5 millones de dólares totalizados en 2011.
De esa cifra, 81,8% (2.690,5 millones de dólares) corresponde a las exportaciones efectuadas por Colombia hacia Venezuela, lo que equivale a un aumento de 51,19% con respecto a los 1.779,5 millones que se importaron desde la nación vecina durante el pasado año.
A su vez, los 598,8 millones de dólares restantes (18,2 %) se refieren a las ventas realizadas desde Caracas hacia Bogotá, originando un incremento de 5,7% con respecto a 2011.
Las instituciones colombianas argumentan que el aumento en volumen se originó por las exportaciones de los bovinos domésticos vivos machos, hecho que no se produjo en 2011.
Luego de varios años de haber estado paralizada, la importación de ganado en pie se reactivó a mediados de 2012, tras la aplicación de un certificado que fue adoptado por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai).
De acuerdo a datos de la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (Cavecol), Colombia provee a la nación de una variedad de productos entre los que se encuentran: confites, galletas, pañales, carne y textiles.
Por su parte, Venezuela exporta al país vecino acero, hiero, productos químicos y derivados de crudo como gasolina sin tetraetilo de plomo para motores de vehículos que contienen biodiésel, nafta disolvente, aceites lubricantes, aceites medios y preparaciones, trifosfato de sodio, aleaciones de aluminio en bruto, policloruros de vinilo y propeno.
DIPLOMACIA
Hacia el final de la entrevista, Duzán le comentó a Capriles que a él se le reconoce como una persona más cercana al uribismo que al Santismo.
“Le voy a decir una cosa, no conozco al expresidente Uribe”, dijo Capriles, quien luego contradijo su respuesta al afirmar que “no le gustan” los comentarios del ex mandatario colombiano sobre la política venezolana y “eso se lo he hecho saber”.
El colofón del diálogo fue un desliz de Capriles sobre la canciller colombiana María Ángela Holguín: “Yo la conozco muy bien, porque fue embajadora aquí. Creo, eso sí, que ha cambiado un poquito sus visiones”.
–¿Cómo así?, inquiere la entrevistadora.
–Ahí se lo dejo. Si yo voy a ser presidente, no voy a pelearme con la canciller de Colombia.
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