El diputado Fernando Soto Rojas considera que la irrupción de la figura del Comandante dotó a las dispersas luchas revolucionarias de un liderazgo nacional
Para el diputado socialista Fernando Soto Rojas la “ocurrencia” de Chávez de nombrar “moribunda” a la Constitución de 1961 refleja lo que se venía cuajando en su interior y de la comprensión y de lo que estaba pendiente por hacer en este país como era sentar las bases de su refundación mediante la redacción de una nueva Carta Magna y la retoma del sueño y proyecto bolivariano que quedó cortado en 1830 con la muerte de El Libertador y la disolución de la Gran Colombia.
De hecho, la primera iniciativa gobierno de Chávez, una vez que asumió el cargo de Presidente, el 2 de febrero de 1999, fue el de firmar el decreto de convocatoria a una constituyente que elaboraría la nueva Constitución.
Soto Rojas estima que con la rebelión militar del 4 de febrero aparece un liderazgo nacional, encarnado en Chávez con ese discurso de 120 palabras y el famoso “por ahora”. “ Eso impacta la conciencia nacional”, señala el diputado. Para ese entonces las luchas estaban regionalizadas y localizadas como consecuencia de la derrota sufrida por las fuerzas de izquierda en la década de los sesenta.
Luego del 4 de febrero hacía falta el programa . Con el proceso constituyente de 1999, aparece el programa (la Constitución) que para Soto Rojas no es más que el proyecto plasmado por Bolívar y que se detuvo a raíz de su muerte y las intrigas y conspiraciones que llevaron a la disolución de la Gran Colombia.
El diputado y expresidente de la Asamblea Nacional asienta que “ese programa, de acuerdo al texto constitucional, nos ofrece como finalidad una sociedad justa y amante de la paz, sobre la base de un nuevo modelo socio productivo que combina coordinadamente la propiedad estatal, la comunal y la propiedad privada, sobre la base de un nuevo estado democrático, social , de justicia y de derecho y señala además la metodología como es la educación y el trabajo”.
Con la aprobación de la Constitución, sometida a referendo popular por primera vez en la historia, emerge el programa y el liderazgo (de Chávez), “ y como consecuencia de los vientos y los contravientos de la revolución y la contrarrevolución se van definiendo los cimientos de la revolución bolivariana (democrática, popular, antiimperialista, anticapitalista, con su horizonte socialista), y también se comienza a construir los instrumentos populares necesarios para la defensa y profundización de la revolución. Ellos son la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el Partido Socialistas Unidos de Venezuela, Psuv, y el frente anticapitalista que es el Polo Patriota y todo eso articulado con los pueblos y procesos democráticos de América Latina y El Caribe”.
Soto Rojas asienta que todo este proceso es producto de una larga coyuntura, incluyendo los acontecimientos de febrero de 1989, que no se ha cerrado aún y que concluirá con el asentamiento de la patria socialista.
En 1999, cuando Chávez se juramentó ante la “moribunda”, Soto Rojas estaba en la calle, confundido entre la gente “apoyando este proceso” que se iniciaba.
ANTE EL PUEBLO
“Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro” (Palabras dichas por Hugo Rafael Chávez Frías al asumir como Presidente y prestar el juramento, el 2 de febrero de 1999).
Texto/Manuel Abrizo
Foto/Loel Henríquez
Fuente: Correo del Orinoco
Fecha: 2 de Febrero de 2013
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